
Avatar: Atrapados en azul
Es la sensación que a uno le queda tras ver la última superproducción de James Cameron. Teñirse la piel de color añil, formar parte del entorno natural de Pandora, saltar entre los árboles junto a la exótica Neytiri, son los deseos que puedes querer experimentar tras más de dos horas y media de películón. Los cuatro años de espera han valido la pena y gastarse unas perras adicionales para poder ver el filme en tres dimensiones también la merece.