Cine: La aportación de Kevin Smith al mundo del porno

«¿Hacemos una porno?» es el acertado título comercial con el que se distribuye en España la última película de Kevin Smith. Acertado porque seguro que lleva al cine a un montón de adodelescentes que piensan en reirse con la última película de humor zafio en la que se cuelen de vez en cuando culos y tetas. Esta película tiene todo eso pero también tiene muchas cosas más.

Zack & Miri make a porno
Zack & Miri make a porno

El director de New Jersey me ha sorprendido con la siguiente evolución en su propio estilo. Si fuera europeo sería considerado un autor de culto y no solo un director de moda. Hasta hace poco quedaba bien decir que te gustaba Kevin Smith. No olvidemos que ejerce de hombre orquesta y en esta película además de la dirección y el guión se encarga de la edición y la producción a través de su productora View Askew. O sea, es una película totalmente suya.

Las claves personales de sus anteriores películas siguen presentes. Ciudades norteamericanas sin futuro, gente sin aspiraciones vitales y feísmo controlado en la puesta de escena. En esta película añade algo de su vida actual como cineasta a través de un ejercicio de cine dentro del cine. No es que se acerque al mundo del porno, es que nos está hablando de la creación cinematográfica en general. Creo recordar una frase con mucha ironía en la que el protagonista, cineasta amateur, dice: «¿Qué puede pasar?, sólo estamos rodando una película». Se convierte así en una película que podría interesar a cualquiera que haya intentado rodar cualquier cosa, incluso porno casero.

Para no contar mucho del argumento sólo diré que se ve lo justo y necesario de chicha. No escatima con los desnudos pero tampoco podremos contar los pelos, si es que los hay.
El casting está muy equilibrado. No se si se llevan bien, pero la verdad es que parece que son amigos de verdad. En «Zack & Miri make a porno» se habla del amor y también de la amistad. Destacan los actores protagonistas, Seth Rogen y Elizabeth Banks, que en este caso se postulan como una pareja más que creible. Brandon Routh se hace más cercano al espectador en un corto papel en el que parece que Kevin Smith intenta quitarle esa imagen de palo con capa que nos había dejado en «Superman Returns». Jason Mewes aparece de nuevo en otra película de Smith en un papel para recordar. Hasta la mujer del director, Jennifer Schwalbach Smith, aparece en un cameo vendiendo entradas. De los demás fichajes llamativos como la pornostar Traci Lords no hay nada malo que decir y la verdad es que enriquecen la trama.

En definitiva, una divertida película que en los tiempos que corren en el mundo del cine es decir bastante. Si les ha gustado la película, incluso si son de los que aplauden al final de la cinta por si el director esta presente en la sala, por favor quédense hasta el final de los créditos o se perderán un pequeño regalo.

1 comentario

  1. Una película increíble. No se puede decir que sea la historia más romántica que he visto en el cine (ni con mucho) pero sí la narración más romántica. Me explico: Kevin Smith coge una historia cualquiera de la que se hubiera podido hacer una peli del tipo American Pie (tirando por lo bajo) o un Supersalidos (tirando por lo alto) o un Juno (tirando por lo intelectual) y la convierte en una de las pelis más románticas que he visto en el cine. Y, tranquilos los machotes, quiero decir romántica de verdad, no ñoña ni pava ni para pavas.
    Hay una escena concreta que no voy destripar que es un momento estelar, tanto de realización, como de montaje, como de edición de sonido, pero sobre todo de interpretación. Haciendo de una situación de lo más cotidiana y por la que ha pasado todo hijo de vecino, una de las escenas más tristes de la historia del cine. En este sentido Smith ha sabido sacar del todo lo que lleva dentro y plasmar la angustia que le invade a cualquiera en una situación así (sobre todo si lleva un par de copas de más) y que el mundo del cine siempre se ha limitado a mostrar siempre tal y como se ve al día siguiente con resaca. No quiero saber lo mal que lo pasa un padre cuando su hijo es devorado a dientes de un extraterrestre gigante, ni lo desesperante que es saber que tu verde y fertil comarca se va a ver devastada por el ojo del mal. No puedo saber si los actores son creíbles porque eso nunca me ha pasado a mí, ni jamás me pasará ¿no? Prefiero que alguien me cuente bien algo que todo el mundo sabe.
    Por último, me gustaría romper una lanza a favor de Elisabeth Banks, cuya interprentación en esta película ha recibido unas malas críticas que, en absoluto, se merece. Me consta que aquellos que la ven desequilibrada en su pareja con Rogen no miran más allá de: un friki gordo de humor ácido al lado de una rubia despampanante que podría aspirar a algo mejor. Pero, señores, la vida es así: la rubia es una inadaptada de la que se reían en el instituto, el friki es una persona con demasiada confianza en sí misma y el jugador de football no es del todo el apuesto galán que parecía. La vida es así… y si no les gusta vayánse a vivir a Hollywood.

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*