Cada día se extiende un poquito más por la red el rumor de que uno de los chavales protagonistas de la última campaña de Fanta (y digo uno porque aunque el menda en cuestión era el protagonista absoluto del primer anuncio de Con poco me lo monto ha caído a un segundo plano en el nuevo spot del lavacoches) es, ni más ni menos, que el joven actor del anuncio de Ausonia más conocido por hacer famosa la frase «es una fieshta» en un alarde de fuerza interpretativa o de presión de brackets.
Desde Kekorto nos apresuramos a desmentir tal falacia (aunque admito que yo misma lo creí en un primer momento) y estamos dispuestos a demostrarlo. Así que hemos capturado dos frames de ambos anuncios y los hemos juntado par poder hacer un análisis exhaustivo (sé que hubiera sido mejor haber optado por el segundo de Fanta para que el decorado fuera el mismo, el interior de un coche, pero insisto en que a este chico le han quitado últimamente el protagonismo y casi no se le ve la cara):
Conclusión: ¿Parecidos? Cierto. ¿Hermanos? Posiblemente. ¿La misma persona? Insisto, solo si el anuncio de Ausonia se hubiera rodado antes, pero mucho antes, que el de Fanta, cosa que es bastante dudosa. Sea como fuere, me parto de la risa cuando veo ambos anuncios.
Por último, y solo si sois muy freaks, podéis comprobar que en los segundos 5 y 22 de los respectivos anuncios se puede ver que los lunares de los papos derechos (izquierda en la pantalla) de ambos actores no coinciden en posición, tamaño ni color.
Me atrevo a aventurar que el niño del anuncio de Fanta es… como poco, argentino . En el segundo anuncio intuyo su acento (pudiendo ser incluso uruguayo y esta claro que el de Ausonia, no) y, además, esa napia y ese pelo es claramente suramericano. Estamos ante un típico caso de «Valdanismo», como aquel gran actor de Los Serrano que fue claramente ninguneado por llevarse todo el protagonismo de las escenas de instituto. Desde aquí reivindico a los niños argentinos-uruguayos como protagonistas absolutos. En Hermanos y Detectives lo entendieron.
En definitiva, estoy con Sand, no se trata de la misma persona.
«El joven actor de los refrescos vio como su trabajo temporal de castor y su adicción a los jugos anaranjados acabaron por minar su piñata. El limpiaparabrisas, como un péndulo de la muerte, se balanceaba colgado de un pozo de humillación. Al volante, Julia repetía de corrido la misma letanía de autoayuda de siempre. ¿Qué sabrás tú? ¡Mierda, tú no eres mi madre!
Había pasado los últimos dos años encerrado en el cuarto de baño, fantaseando con esta noche, con Carla y sus fiestas de la botella. Había reunido las 100.000 naranjibolsas. Ganó el concurso. Fingió el acento y protagonizó el jodido anuncio para ser alguien. Para atraer su atención. Y ahora que por fin molas, ahora que solo te quedan unos tramos de escalera… la única parte de tu cuerpo que no tiembla son tus flamantes hierros biónicos.
Arriba, Carla y su invitados buscan una botella con la que jugar. La botella es lo mejor de la fiesta, pero en la nevera solo queda una. De refresco de naranja. Y no hay forma de encotrar un maldito abrechapas».
¿Por qué habéis vuelto a poner lo de es «es como pitufar»?. Me gustaba el muñecajo con el gusano cabezón a cuestas…además estáis usando el buen nombre de unos personajes que vivían en setas alucinógenas. Sois malos, feos, pipas y además plagíais..fíjate, si hasta tenéis un Payo en vez de Peyo.
Estoy de acuerdo con Señor (otra vez). Somos malos y llevamos pipas y nuestros grafistas son culillo de mal asiento aquejados de rayafobia. Perdónanos señor nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.