El otro cine romántico

Hay otro tipo de películas románticas alejadas del circuito comercial, los finales felices y los argumentos pro-sentimentaloides. Aquellas en las que no encontrarías a Leonardo di Caprio, Hugh Grant ni Julia Roberts y que a tu novia se las traería al pairo ver. Amor fugaz sí, pero increíblemente intenso.

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Quien me conozca sabrá que reniego totalmente de ese género fílmico que habitualmente se viene a llamar “romántico” o “de amor”, y que suele asociarse a películas hollywoodienses, niños buenos del celuloide, presupuestos desorbitados, pero guiones llenos de clichés y bastante pobretones. Sin embargo, me confieso poseedor y admirador de varias cintas cuyo argumento se basa en las relaciones de pareja pero que nada tienen que ver con las anteriores. Son cuatro: “Antes del amanecer” y “Antes del atardecer”, de Richard Linklater, “En la cama”, de Matías Bize, y “Lost in Translation”, de Sofía Coppola.

Aparte de en todo el componente hortera que suelen contener los filmes románticos estándar, estas películas quizá se diferencien de ellos en el elemento temporal. En las cuatro obras que os cito las historias entre los personajes sólo se prolongan por horas, días, a lo sumo, y su escasa duración hace que se vuelvan más interesantes si cabe. En “Lost in Translation” Charlotte y Bob sólo coinciden unas pocas jornadas en Japón. Celine y Jessee pasan una única tarde-noche juntos en “Antes del amanecer” y, nueve años después, se reencuentran solamente durante una hora y media, en una de los mejores historias en “tiempo real” y cuasi plano-secuencia que haya visto la historia del cine. Daniela y Bruno (los protagonistas de “En la cama”), por su parte, sólo se ven una noche.

cineromantico1Al contrario que en las películas de amor convencionales en éstas, los finales no suelen ser felices a causa de las barreras que separan a los personajes, tan altas como infranqueables. Porque la vida, y el amor, no siempre acaban bien. El espacio geográfico es el separador de los protagonistas de Linklater, la edad, la traba de los Coppola, mientras en el caso de los de Bize, el problema es (spoiler) el estado civil.

Además, en el espacio, los escenarios cobran una importancia singular y se convierten en un personaje más de la trama, en una especie de testigo secundario que también participa en la acción. En la dilogía de Linklater Jesse y Celine se pasean por calles, plazas y recovecos primero de Viena y después de París, aunque bien es cierto que los parajes mostrados en la ciudad de la Luz son menos representativos que los de la capital austriaca, quizá por la duración en tiempo real y sin elipsis de “Antes del atardecer”.

Algo parecido sucede en “Lost in translation”, donde Tokyo es exprimido por Sofía Coppola para  firmar una gran fotografía. Las impresionantes vistas de la ciudad desde el hotel donde se alojan ambos protagonistas, así como los lugares más peculiares de la noche japonesa (karaokes, clubes y recreativos) dibujan la postal de los avatares de Bill Murray y Scarlett Johansson.

cineromantico3Sin embargo, en la película de Coppola un lugar cerrado y “aislado” del mundo que le rodea, como el hotel, también tiene gran relevancia. Y aquí es donde esta película entronca con “En la cama”. En el filme chileno toda la historia de los dos desconocidos transcurre en una única habitación de uno de esos tantos hoteles/moteles/hostales que tantas veces sirven de escenario a calentones nocturnos y relaciones subrepticias. Incluso en la propia película, la protagonista hace referencia a las veces que ha visitado el sitio, y por insistencia de Bruno, relata con quien. Los hoteles de “Lost in translation” y “En la cama”, no obstante, son totalmente opuestos. El primero es luminoso, claro, lujoso, con grandes ventanales, mucha altura y huéspedes “ilustres”. Mientras, el del filme chileno apenas tiene ventanas, está decorado con colores fuertes y es sucio. En definitiva, un sitio con pocas actividades posibles y poco deseable, a no ser que seas camionero o amante ocasional.

Tampoco se puede dejar de hablar del interesante papel que juegan tanto de los diálogos como de los silencios en estos filmes. Los fans de las películas románticas verán el primer encuentro de Jesse y Celine en “Antes del amanecer” quizás como aburrido. Se dedican a hablar sobre política, diferencias culturales, ecología, dejando los temas amorosos y los gestos de afecto en un muy segundo plano y lo mismo ocurre en la mayor parte del metraje de “Antes del atardecer”. En el caso de “En la cama” las cosas son bien diametralmente opuestas: hablan de relaciones, amor, pareja, tocando muy por encima otras temáticas.

cineromantico2Los silencios son otro aliciente para darle una oportunidad a este grupúsculo de obras. Y no hablo de aquellos tipo “Charlotte mira por la ventana” de la película de Coppola. Me refiero más bien a los que se den cuando ambos miembros de la pareja coinciden y en los que los gestos, las miradas se vuelven clave. Bruno y Daniela tienen uno de esos momentos mientras ambos permanecen sentados en la cama uno al lado del otro y sus ojos no acaban de coincidir. Los enamorados de Linklater también pasan por una de esas situaciones en la tienda de discos. Celine le echa un ojo al americano y baja la cabeza, justo cuando Jesse comienza a mirar de soslayo a la francesita, algo que se sucede repetidamente. Estas escenas se darñan un par de veces más en “Antes del atardecer” donde la tensión sexual es evidente y ambos están a punto de rodear con el brazo al otro. Es muy interesante ver también como por los gestos han evolucionado las personalidades de ambos en los nueve años que han transcurrido.

Para bien o para mal estos encuentros fugaces y fortuitos siempre se acaban idealizando por ambas partes. Son el máximo exponente de la pasión. No hay celos, rutina, familias de por medio, cargas económicas, convivencia, rencores. Son las pastillas Starlux de “Vive el momento”. Un punto de encuentro para los soñadores, los locos, los impulsivos, que hablan de  amor concentrado y sin conservantes (¿los auténticos románticos, no?). Para el resto, se trata simplemente de enajenaciones cardiovasculares y genitales transitorias sin más trascendencia Y llegamos a la pregunta clave: ¿De qué pie cojeas tú?

Si pese a estas recomendaciones os habéis quedado con más hambre de películas románticas anti-moñas, os apunto un par de ellas más: “Closer”, de Mike Nichols (en la que mira tú por donde, sí sale Julia Roberts) y “Habitación en Roma”, recién estrenada. Esa y prácticamente cualquiera de Julio Medem, cuyas obras siempre son auténticas delicias para los sentidos y para ese que palpita aquí debajo.

2 comentarios

  1. Ehhhh!!! Qué es esto? Llevo una semana entrando en esta página para ver cuando ponéis la continuación del las preguntas y respuestas sobre Lost y me salís con un post sobre estas pelis de mierda? Qué pasa con la segunda parte del de Lost que habíais prometido?

  2. Paciencia, Japeri. Como dijeron David Lindelof y Carlton Cuse, todo a su debido tiempo. Na, en serio. De aquí al lunes lo subimos. Repasar seis temporadas de la serie lleva su tiempo. Te prometemos que merecerá la pena tanto el post como las imágenes que lo acompañarán. Gracias por la paciencia (¡ y dale una oportunidad al cine romántico alternativo, colega!).

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