Un viejo amor adolescente
Liberty Island. No deja de resultar curioso que nos dirijamos allí en busca de la ansiada libertad de mi hermano.
— ¿Confías en él?
— Por supuesto que no. Creo que nos ha dicho la verdad, pero tiene tanto miedo que no dudará en avisar a quién paga sus facturas.
— ¿Y qué vamos a hacer?