G.I.Joe, mal articulados.

¿Qué me diríais si os propongo ir a ver una peli de ninjas? Asesinos sin escrúpulos, que te sajan la nuez con estrellas de acero y luego desaparecen entre nubes de ceniza. ¿Alguien se apunta? ¿Y si además os digo que vamos a ver una peli protagonizada por el ninja más cojonudo que ha existido nunca? Un ex combatiente del Vietnam que se abrasó el rostro salvando a la chica de su vida y que hoy lo esconde deforme, tras una máscara y un férreo voto de silencio. Un hijoputa noble, morboso pero magnético. Capaz de invadir por sí solo un pequeño país terrorista a punta de katana y UZI. Esa era la película que yo fui a ver el domingo pasado. ¿Pero qué fue lo que me encontré en su lugar? Lo que me encontré fue G.I. Joe: El Orígen de Cobra, de Stephen Sommers.

En principio uno diría que es imposible hacer una buena película basada en una línea de juguetes. Puede ser. Pero estos muñecajos, los G.I.Joe, escondían un as en la manga. Como los primeros Joes, Larry Hama estuvo destacado en Vietnam. Militar retirado, experto en armas y explosivos, apasionado de la cultura japonesa y guionista de cómics. Hama -que ha escrito buena parte de la historia de Lobezno- firmó en solitario la mayoría de los 155 episodios originales del cómic G.I.Joe: A Real American Hero. En sus páginas le dio a cada muñeco una personalidad, un pasado y un propósito. Del plástico, él sacaba personajes. Y algunos eran memorables, como Destro (aquí Christopher Eccleston), ese Edmond Dantès villano y traficante de armas, o la Baronesa. Juntos compartían un amor traidor pero apasionado. El líder totalitario, fascista y majara, Comandante Cobra (Pssssst, Psssst!). Su hijo rebelde, Billy. Y claro, el ninja, Ojos de Serpiente, el otro Logan de los cómics, que Marvel dejó escapar cuando por fin abandonaron la licencia.

G.I.Joe era una historia de honor y ajustes de cuentas vestida de Hazañas Bélicas y salpicada de originales escenas de acción. Pero Stephen Sommers ha preferido no matarse la cabeza y se conforma con dar el pase para que Toy’R Us anote canasta. Los G.I.Joe han dejado de ser The Real American Hero para convertirse en un cuerpo especial internacional. Ahora operan desde Egipto, cosa que no ha debido sentar muy bien en los E.E.U.U. La Baronesa (Siena Miller) ya no es una cabrona y por poco acaba en el registro cursi. El líder al que todos respetan, Duke (Channing Tatum), es aquí un tipo chulo y contestón que… nos da un poco igual, la verdad. El General Hawk (Dennis Quaid) parece Hugh Hefner paseando por su mansión, mientras que Ripcord (Marlon Wayans)… bueno alguien debería ponerle las cosas en su sitio con una patada en la boca. Y si habéis leido los viejos cómics de Mr. Hama, ya sabréis a que me refiero.

Larry Hama
Larry Hama

Ray Park (Star Wars) se esfuerza por convencer con Ojos de Serpiente. Y sí, nos lo creemos, es el ninja negro. Mola. La réplica se la da Sombra, Byung-hun Lee (Una vida Agridulce), su hermano de clan, y los dos juntos siguen siendo lo mejor de la película. Roban cada plano en el que aparecen, pero todo acaba con un flashback y un par de peleas estrechas, del montón. Sus apariciones se hacen escasas, como se hacen escasas las de los televisivos Adewale Akinnuoye-Agbaje (Eko en Perdidos) y Joseph Gordon-Levitt (Cosas de Marcianos). Éste último en un sorprendente papel que toma prestado de varios personajes de la franquicia original.

El cine de Stephen Sommers apuntaba más en sus inicios, con pelis divertidas como La Momia o El Misterio de las Profundidades, pero se desinfló a base de secuelas repetitivas, hasta tocar fondo con la terrible Van Helsing. Esta G.I.Joe: El Orígen de Cobra tampoco va a mejorar su media. Sommers insiste en la cámara ramplona y el montaje con metralleta para no dejarnos ver la acción. Es una película ingénua, del subgénero misiles robados y un spot frustrante para los que fuimos a verla con el recuerdo puesto en las historietas. Porque el material es bueno, el cásting decente y no le faltan los medios, pero sus responsables no han sabido sacar partido a lo mejor de la licencia: sus personajes.

Está claro que aquí los chavales van primero -es lo justo-. Los mayorzotes ya tuvimos nuestra dósis de diversión años atrás. Enterramos nuestro ninja hace años, con la goma quemada y las piernas flojas, en una caja de cartón. Pero si ésta os ha gustado, chavales (claro que os ha gustado, joder), pillad cómics. Hacedme caso.

Habrá secuela, seguro. Mientras buscamos el teléfono de Martin Campbell y evitamos pensar en el Equipo A, (que ya viene de camino), podemos seguir pendientes de Larry Hama. Él todavía lleva los mandos de los nuevos cómics publicados por IDW y su G.IJoe Origins pinta muy bien. Igual que Classic G.I.Joe, la recopilación de todo el material de los 80. También puede que haya más suerte cuando nos sentemos a ver Ninja, con Scott Adkins, y sobre todo Ninja Assasin, de James McTeigue (V de Vendetta). Aunque qué queréis que os diga… ninguno de estos es Ojos de Serpiente.

The Ballad of G.I. Joe from Olivia Wilde (Seguid el link para bajarla en mp3)

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