Compras de última hora

Llevo diez minutos parado en esta esquina de la 111, en pleno corazón de Harlem. Un barrio eminentemente afroamericano en el que mi culito blanco no acaba de sentirse cómodo. No sé si serán las miradas aviesas, los cuchicheos o el empujón que acabo de recibir por parte del primo de Shaquille O’Neal (acompañado de un amenazador “Be careful in New York City”). No estaría aquí si no necesitara esa documentación falsa. ¿Vamos Cheng, dónde coño te metes?

wwintimage04

Me pregunto qué hace un oriental como él viviendo en un barrio como Harlem. Está claro que pasar desapercibido no. Cheng Kwong Sang (Guangzhow, 1978) es muy conocido en el underground neoyorkino por ser un especialista en todo tipo de falsificaciones. Puedes pedirle casi cualquier cosa. Sus tarifas son altas, es cierto, pero es que los resultados son excepcionales. La policía me ha parado más de una vez y nunca sospecharon de mi permiso de conducir. Por desgracia, la peste etílica que suele emanar de mi boca no se les pasa por alto. Los carnets se te dan bien, pero mi aliento es más jodido, ¿eh Cheng?

¡Brrriiiip, brrrrriiiiiiip!

 — (Quién…)

— Soy Cheng.

— Cabronazo, ¿dónde te…?

— Escucha atentamente. ¿Ves la papelera bajo el cartel de ‘se alquilan habitaciones’? Deja el dinero ahí y zanjaremos el asunto. Como siempre, no me importa para qué lo necesitas, pero nada de nombres. Dinero – papelera – discreción.

— Sí, pero… ¿y lo mío?

— Lo tienes en el bolsillo. No puedo hablar mucho más. Date prisa (cranck).

Meto la mano en el bolsillo de la chaqueta y, efectivamente, ahí está todo. Me quedo en blanco un par de segundos y luego recuerdo al primo de Shaquille. Entonces me río nerviosamente. Camino con cierta premura y arrojo el fajo de dólares con total normalidad, como si me dedicase a tirar billetes a la basura habitualmente (en el sentido más literal de la expresión).

Cuando llego a casa son las cuatro de la tarde. Es pronto y no puedo dejar de pensar en que es el último día en la vida de Christoph Walnuts. Debería celebrarlo. Quizá vaya a ese bar de Queens a emborracharme. Sí, y cuando esté lo suficientemente puesto, voy a follar con la chica más guapa del local. Y no pienso pagarla. Eso haré.

Vale, creo que una mierda de vida merece algo más que alcohol, drogas y un rápido polvo de medianoche. Pero como ya habéis podido comprobar no soy muy bueno haciendo planes (a no ser que me rompan un par de costillas, claro), así que me acojo a la celebración número uno.

Ya en Lilly´s la intervención de mañana monopoliza mis pensamientos. Estas cosas me asustan. Me ocurre desde pequeño, desde mi traumática operación de fimosis. Pero no hay marcha atrás. Esta vez no.

 — Camarero, otro whisky doble. El doble que el anterior, por favor…

 

WILLIAM WALNUTS, una improvisada historia del Capitán Custom
center
Cuándo: de LUNES a VIERNES un capítulo diario
Dónde: http://www.kekorto.es
Me perdí el primero: No pasa nada, puedes leerlo aquí
También el segundo: Ese y el resto puedes buscarlos aquí

30 episodios de cirugía ilegal, envidia familiar y traición sexual a la luz de la Gran Manzana.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*