Nota mental: Tengo que comprarme unas sábanas de raso.
Hace unos minutos estaba intentando no balbucear para hacer creer a un portero ser otra persona. Ahora estoy en la cama jadeando como un perro para hacerle creer a una chica que esa persona ha cancelado un viaje de negocios y ha venido a casa a celebrarlo con ella.
Ella es Julie, la novia de William, y llevo queriendo acostarme con ella desde el segundo día que la conocí. En el primero sólo discutimos acaloradamente sobre una multa de aparcamiento. A día de hoy, sigo creyendo que esa boca de incendios no estaba tan próxima, era una maldita cuestión de centímetros. ¿El tamaño importa? Espero que a ella ahora mismo no.
Es mucho mejor de cómo lo había imaginado. Ella se deja hacer, pero cuando toma el mando de este ‘Halcón Milenario’ lo hace superar en cinco puntos la velocidad de la luz. Aguanto y resisto con todas mis fuerzas.
Julie es la compañera de clase de la que estabas secretamente enamorado. Es esa chica de la facultad que siempre sueñas con tirarte. Es la agente Hathaway (número de placa 1043) de la comisaría 75 (75th Precinct, 1000 Sutter Avenue), en Brooklyn. Y Julie sigue siendo la novia de mi hermano. Pero eso no me detiene. Empezó en el vestidor, pasó a la cama y ahora nos revolcamos sobre la moqueta, que está sorprendentemente limpia. Es nuestra idea de practicar sexo seguro.
Cuando ella queda saciada todo termina y me ofrece un último y sensual beso. Después, coge el paquete que hay sobre su mesilla y saca un cigarrillo que fumamos a medias. Ella aún está húmeda y su frente es una maraña de pelos desorientados. Está guapísima.
No puedo dejar de fijarme en sus labios y en la delicadeza con la que sujetan el cigarro. Me encanta como se deshace del humo y me fascina cuando se gira, me clava sus ojos claros y me dice:
— Vale, no lo voy a negar. Ha sido uno de los tres mejores polvos de mi vida, nadie había sacado tanto provecho de este metro sesenta y siete y, probablemente, yo lo deseara tanto o más que tú. Pero ahora dime, Christoph, ¿por qué narices tienes la cara de William?
— ¿¡¡Qué!!? ¿¡Cómo…!? ¿Lo sabes?
— Llevo cuatro años saliendo con William y tenemos una vida sexual más frecuente que placentera. Acabo de hacerte dos felaciones, ¿crees que no sabría reconocer una lamentable operación de fimosis?
¡Ups! No contaba con esto. Se avecinan problemas…
WILLIAM WALNUTS, una improvisada historia del Capitán Custom
Cuándo: de LUNES a VIERNES un capítulo diario
Dónde: http://www.kekorto.es
Me perdí el primero: No pasa nada, puedes leerlo aquí
También el segundo: Ese y el resto puedes buscarlos aquí30 episodios de cirugía ilegal, envidia familiar y traición sexual a la luz de la Gran Manzana.
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