Unos auténticos vendedores de mierda (la escatología hecha marketing)

Pasar de la publicidad «guerrilla» a una que podríamos definir como guarrilla no es nada complicado. Simplemente basta con coger un spray amarillo y darle un toque colorido a esos miles de excrementos caninos que decoran los lugares más inhóspitos de nuestro territorio patrio. Súmale a eso un packaging con diseño llamativo y tendrás un producto polémico, inútil y creado en cadena. ¿Cómo ciertos triunfitos y grandes hermanos? ¿Cómo las latas de tomate que se apretaba Andy Warhol?

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La idea de TheDogShit.com surgió de Miquel Costa, un estudiante barcelonés de Gráfica Publicitaria que busca no sólo escandalizar, sino también explotar el concepto de que muchas veces los fabricantes intentan colarnos auténticas mierdas vestidas de marca. En su web, bajo el eslogan «Elige tu caca ya» nos da la ficticia posibilidad de elegir uno de sus escatológicos productos por lugar, fecha e incluso evento político, deportivo o histórico, presumiendo de disponer de «más de 50.00 heces en nuestros archivos».

manzoniPara decepción de los fans de John Waters y resto de cropófagos selectos, la iniciativa no es real al 100% por la imposibilidad de hacerse con uno de estos artículos. Al mismo tiempo, tampoco es del todo novedosa. En 1961 el «artista» (por llamarlo de alguna forma) Piero Manzoni revolucionada a los críticos con un objeto de unos 5 centímetros de altura y 6,5 de diámetro envasado en una pequeña lata, donde podía leerse el siguiente texto en diferentes idiomas: «Mierda de artista. Contenido neto 30 gramos. Conservada al natural, producida y enlatada en mayo de 1961». Manzoni, sin duda un hombre que lo dio «todo» por el arte, ponía entonces a la venta 90 de sus obras que los museos más prestigiosos del mundo se disputarían por adquirir: MOMA, Tate Gallery, etc... No puede decirse de este personaje que no fuera un genio del marketing y que no pusiera esfuerzo en sus creaciones, desde luego.

Pero la cosa va mucho más atrás en la línea temporal. Nos remontamos a un período en la que las grandes ciudades habían comenzado a erigirse, pero aún no se había desarrollado el alcantarillado público. En aquella época, enmarcada en el siglo XIX, proliferaban unas figuras de oficio poco agradable. Se trataba de los llamados «compradores de mierda», personajes que iban de puerta en puerta para hacerse con las heces humanas a un módico precio, antes de que estas fueran arrojadas por las ventanas, y cuyos fines ern agrícolas principalmente. La llegada del señor Roca y de la Preysler han hecho que esta profesión desaparezca y miles de puestos de trabajo se marchen por el desagüe. Menos mal que, para compensar, nuestra sociedad actual ha vuelto a dotar de ese tinte parduzco característico a aspectos como los productos de consumo, la vivienda o el entorno laboral. Gracias por la caca de hipoteca, la caca de trabajo y la caca de comida transgénica. Enormemente agradecidos. [TheDogShit.com]

2 comentarios

  1. Parece que por internet puedes comprar toda clase de pornografía, mujeres, medicamentos, hombres, semen, pelo, ropa interior usada, drogas, órganos internos, vientres de alquiler o incluso bebes.

    Anda mira, una mierda de perro.

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