Lío en il ristorante

Me paso la noche prácticamente en vela intentando decidir si acudo o no a la cita. Julie tiene turno de noche, pero ni por un segundo se me pasa por la cabeza hablarle del asunto. En cierto modo puede que aún no me fíe al 100% de ella. A las 7:42 am tomo la decisión de ir. Y decido no hacerlo solo.

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Faltan un par de días para que William regrese de Hong Kong. No sé en qué anda metido mi hermano ni con quien trata, pero sí tengo claro que no puedo presentarme allí de cualquier manera. Necesito compañía y mi viejo amigo Walther es la mejor opción de todas.

Sus reducidas dimensiones (180x135mm) y sobre todo su cargador de 15 cartuchos de 9mm hacen del ‘señor’ Walther P99 el compañero ideal. Lo oculto en mi pantalón y lo aprieto fuertemente contra mi vientre con el cinturón. El hecho de estar permanentemente apuntando a mis genitales no es muy tranquilizador, lo sé, pero me siento extrañamente seguro y protegido. La Asociación Nacional del Rifle suscribiría esta declaración.

Espero que Walther sepa mantener la calma cuando se den cuenta de que William Walnuts no lleva ni un centavo encima. En lugar de eso, lleva una de ‘sus’ mejores corbatas, mucho sueño y un hambre de narices.

Calabrese está en pleno ‘Little Italy’. El barrio ya no es lo que fue en otro tiempo. Su fama permanece, pero ahora sólo es reconocible apenas por un par de calles llenas de restaurantes, la mayoría plagado de turistas. Calabrese es uno de ellos, a pesar de su discreta fachada, y huele estupendamente.

— Buenos días, soy el señ…

— Sr. Walnuts, ahá. Sígame por favor, su mesa ya está preparada. Bonita corbata, por cierto.

El primer detalle que me descoloca es que el maitre sabe perfectamente quién soy. Lo segundo es que se trata de una mesa para tres. Había trazado decenas de hipótesis sobre cómo sería el encuentro, pero en ninguna de ellas había una tercera persona. No me gusta. Por suerte la mesa está muy bien ubicada, ya que desde la cristalera diviso perfectamente quién entra o sale del local. Siempre está bien estar cerca de una ventana por si las cosas se ponen feas.

— Sus acompañantes aún no han llegado, ¿desea un ‘rosatto’ mientras espera?

— No, pero puede traerme una cerveza fría y un poco de ‘pane all’ aglio’ si es tan amable.

Estoy inquieto. Pasan algo más de dos minutos y un sedán oscuro se detiene frente a la puerta. De él se apean dos tipos con gafas oscuras. Por un segundo creo estar en “Los gemelos golpean dos veces”, pero esta vez el calvo es el alto y el fuerte el enano. El que hace de Danny DeVito se levanta las gafas y me mira. Entonces mi inquietud desaparece. Son ellos.

Instintivamente me echo la mano a la entrepierna. Walther sigue ahí, y yo espero que no tenga que salir de mi pantalón. Y de repente… ¡Sirenas! Cuando quiero darme cuenta, dos coches patrulla han rodeado al sedán. En menos de un minuto, cinco agentes pistola en mano, reducen a mis comensales. Ellos, lejos de forcejear, no oponen la más mínima resistencia.

Todo sucede a gran velocidad y sólo cuando la cosa se calma levemente reconozco su silueta. Justo antes de subir al coche patrulla se levanta la gorra y atraviesa el cristal con su mirada hasta encontrar mis ojos. Su rostro está serio y el mío vuelve a mostrarse inquieto y desorientado. Julie Hathaway, agente 1043, ¿qué haces tan lejos de tu distrito? Estoy furioso. Alguien me debe una explicación.

¿Pero qué coño está pasando?

WILLIAM WALNUTS, una improvisada historia del Capitán Custom
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Cuándo: de LUNES a VIERNES un capítulo diario
Dónde: http://www.kekorto.es
Me perdí el primero: No pasa nada, puedes leerlo aquí
También el segundo: Ese y el resto puedes buscarlos aquí

30 episodios de cirugía ilegal, envidia familiar y traición sexual a la luz de la Gran Manzana.

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