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Jodida ley de Murphy

16 diciembre 2010 capitancustom 0

Cuando salgo del Monte Sinaí siento que he ganado un par de kilos. Me pesan las piernas y, sobre todo, la cabeza. Resulta difícil cambiar la imagen de amable dependiente y abnegado padre de familia por la de lacayo y feroz extorsionador. Y sin embargo, por extraño que parezca, hoy me siento más unido que nunca al viejo Sr. Walnuts.

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Secretos de familia

15 diciembre 2010 capitancustom 0

— …Incluso entraron y revolvieron mi casa. Quieren el dinero y no pararán hasta conseguirlo. No sé en qué lío andará metido William, ¿tú sabes quiénes son y de qué es ese dinero?

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Una historia del Bronx

14 diciembre 2010 capitancustom 1

El despertador no hace ninguna concesión y suena puntualmente a las 06:02 de la mañana. “Al menos esta noche no me despertaron las peleas y los disparos” – piensa ella. Han sido solo cinco horas de sueño pero para ella son una bendición. Vivir aquí en el Bronx le ha enseñado a apreciar los pequeños detalles.

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Licencia para mentir

13 diciembre 2010 capitancustom 0

Quizá James Bond dispararía un dardo tranquilizante y se apropiaría del microfilm sin dejar rastro. O quizá se dejaría capturar para luego poder escapar. Sí, algo así. Pero estamos hablando de mi padre y solo tengo que hacerme pasar por mi hermano durante unos minutos…

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Los sueños, sueños son

10 diciembre 2010 capitancustom 0

Quienquiera que fuera únicamente buscaba dinero en efectivo. Solo eso explica que mi colchón esté rajado y los cajones hechos trizas. Prisa, ansiedad, desesperación,… malditos aficionados, ¿qué necesidad había de arrasar con todo?

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Homeless al atardecer

9 diciembre 2010 capitancustom 0

Cuando me despierto estoy tumbado en uno de estos incomodísimos bancos situados a lo largo de la bahía del río. No hay periódicos ni botellas de vino en bolsas de cartón pero apostaría a que parezco un indigente. Es jugar sobre seguro, porque está claro que a las personas que han dejado en mi regazo estos treinta y ocho centavos también se lo he parecido. Ahhh, mi cabeza… Tenía la venda puesta y no podía ver nada, ¿por qué narices me tuvo que volver a golpear?